Los lunares pueden parecer inofensivos a simple vista, y lo son a menos que detectemos que empiezan a crecer de manera descontrolada, en poco tiempo. Si observamos este fenómeno en nuestra piel es recomendable acudir a un especialista cuanto antes, puesto que puede ser el inicio de un melanoma, enfermedad cancerígena que se considera una de las más letales en la actualidad.
Hay una serie de consejos generales para controlar el estado de los lunares:
-Asimetría: lo normal es que los lunares no tengan forma redonda, sino que muestren lados de diferentes tamaños.
-Forma del borde: está relacionado con el anterior, y significa que el contorno tiene que ser irregular.
-Color: si se oscurece repentinamente, podríamos estar ante un lunar peligroso.
-Diámetro: un lunar superior a seis milímetros puede ser un mal indicio.
Lo fundamental para minimizar el riesgo que pueden entrañar los lunares es utilizar siempre una protección solar fuerte cuando estemos en la playa (poniéndonosla unos treinta minutos antes) y evitar exponernos al sol en las horas de más agresividad de los rayos ultravioleta (especialmente al mediodía, y entre las tres y las seis de la tarde).
Los lunares pueden parecer inofensivos a simple vista, y lo son a menos que detectemos que empiezan a crecer de manera descontrolada, en poco tiempo. Si observamos este fenómeno en nuestra piel es recomendable acudir a un especialista cuanto antes, puesto que puede ser el inicio de un melanoma, enfermedad cancerígena que se considera una de las más letales en la actualidad.
Hay una serie de consejos generales para controlar el estado de los lunares:
-Asimetría: lo normal es que los lunares no tengan forma redonda, sino que muestren lados de diferentes tamaños.
-Forma del borde: está relacionado con el anterior, y significa que el contorno tiene que ser irregular.
-Color: si se oscurece repentinamente, podríamos estar ante un lunar peligroso.
-Diámetro: un lunar superior a seis milímetros puede ser un mal indicio.
Lo fundamental para minimizar el riesgo que pueden entrañar los lunares es utilizar siempre una protección solar fuerte cuando estemos en la playa (poniéndonosla unos treinta minutos antes) y evitar exponernos al sol en las horas de más agresividad de los rayos ultravioleta (especialmente al mediodía, y entre las tres y las seis de la tarde).
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