Aunque parezca mentira, uno de los momentos más críticos de la economía mundial tuvo como resultado la creación de una especie de “dinero” fabricado en dinero. Sucedió durante la Gran Depresión, en 1929. El crack que supuso la sobreproducción de acciones (había más acciones que accionistas posibles) produjo la quiebra masiva y consecutiva de numerosos bancos. Como era lógico, los contribuyentes acudían a recuperar su dinero, pero aquéllos no podían dárselo de ninguna manera.
Había que buscar una solución urgente, y ante la imposibilidad de los bancos de devolver a la gente el dinero en forma de billetes, la Cámara de Comercio del país planteó la posibilidad de emitir una especie de pagarés fabricados en madera. Estaban firmados por representantes de la Cámara y tenían valor equivalente a los billetes de veinticinco centavos, un dólar, cinco y diez. Algunos bancos por su cuenta también emitieron monedas de madera. Hoy en día, unos y otros se conservan como una reliquia.
Aunque parezca mentira, uno de los momentos más críticos de la economía mundial tuvo como resultado la creación de una especie de “dinero” fabricado en dinero. Sucedió durante la Gran Depresión, en 1929. El crack que supuso la sobreproducción de acciones (había más acciones que accionistas posibles) produjo la quiebra masiva y consecutiva de numerosos bancos. Como era lógico, los contribuyentes acudían a recuperar su dinero, pero aquéllos no podían dárselo de ninguna manera.
Había que buscar una solución urgente, y ante la imposibilidad de los bancos de devolver a la gente el dinero en forma de billetes, la Cámara de Comercio del país planteó la posibilidad de emitir una especie de pagarés fabricados en madera. Estaban firmados por representantes de la Cámara y tenían valor equivalente a los billetes de veinticinco centavos, un dólar, cinco y diez. Algunos bancos por su cuenta también emitieron monedas de madera. Hoy en día, unos y otros se conservan como una reliquia.
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