Trebuchet es el nombre que recibe un arma medieval, en español traducido como fundíbulo, propia de la Edad Media. No se conoce exactamente su origen, pero se piensa que tuvo lugar en China, y de allí pasó a Europa a partir del siglo VI después de Cristo. Se utilizaba para los asedios, sobre todo, para derribar puertas y lanzar proyectiles incendiarios, aceite, brea, etc., de manera que pudieran traspasar las murallas de los castillos.
En su concepción es muy similar a la catapulta. Está compuesto por un eje principal, del cual se suspende una especie de brazo de gran longitud con un contrapeso en su extremo. Así, podríamos decir que funciona como una honda gigantesca. El principio físico en el que se basa, al fin y al cabo, es el mismo: la energía potencial del contrapeso se convierte en energía cinética, al ser liberado de su sujeción, que eleva el proyectil a gran velocidad con una trayectoria parabólica.
Trebuchet es el nombre que recibe un arma medieval, en español traducido como fundíbulo, propia de la Edad Media. No se conoce exactamente su origen, pero se piensa que tuvo lugar en China, y de allí pasó a Europa a partir del siglo VI después de Cristo. Se utilizaba para los asedios, sobre todo, para derribar puertas y lanzar proyectiles incendiarios, aceite, brea, etc., de manera que pudieran traspasar las murallas de los castillos.
En su concepción es muy similar a la catapulta. Está compuesto por un eje principal, del cual se suspende una especie de brazo de gran longitud con un contrapeso en su extremo. Así, podríamos decir que funciona como una honda gigantesca. El principio físico en el que se basa, al fin y al cabo, es el mismo: la energía potencial del contrapeso se convierte en energía cinética, al ser liberado de su sujeción, que eleva el proyectil a gran velocidad con una trayectoria parabólica.
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