ERE son las siglas de Expediente de Regulación de Empleo. Se trata de un proceso autorizado por la legislación española, que permite a las empresas deshacerse de un número determinado de trabajadores, previo pago de una indemnización pactada con los sindicatos (generalmente con carácter superior a lo habitual). Sólo pueden acogerse a esta medida las empresas que se encuentren en situación demostrable de crisis, con pérdidas registradas en un período determinado (este período puede variar en función del sector y el convenio al que se vincule).
Sólo la Administración Central o la de las Comunidades Autónomas implicadas pueden otorgar la autorización necesaria para llevar a cabo un ERE. Asimismo, es obligatorio que exista un período de consultas previo a la extinción de los contratos con los representantes laborales; este período no puede ser inferior a treinta días si la empresa consta de más de cincuenta trabajadores, y de quince días si tiene menos de dicha cifra.
Una vez obtenida la autorización, la empresa o el empresario puede comenzar los despidos, que no pueden extenderse más allá de noventa días. La indemnización media a la que tiene derecho el trabajador es de veinte días por año trabajado, aunque esta cantidad suele ser renegociada por los sindicatos.
ERE son las siglas de Expediente de Regulación de Empleo. Se trata de un proceso autorizado por la legislación española, que permite a las empresas deshacerse de un número determinado de trabajadores, previo pago de una indemnización pactada con los sindicatos (generalmente con carácter superior a lo habitual). Sólo pueden acogerse a esta medida las empresas que se encuentren en situación demostrable de crisis, con pérdidas registradas en un período determinado (este período puede variar en función del sector y el convenio al que se vincule).
Sólo la Administración Central o la de las Comunidades Autónomas implicadas pueden otorgar la autorización necesaria para llevar a cabo un ERE. Asimismo, es obligatorio que exista un período de consultas previo a la extinción de los contratos con los representantes laborales; este período no puede ser inferior a treinta días si la empresa consta de más de cincuenta trabajadores, y de quince días si tiene menos de dicha cifra.
Una vez obtenida la autorización, la empresa o el empresario puede comenzar los despidos, que no pueden extenderse más allá de noventa días. La indemnización media a la que tiene derecho el trabajador es de veinte días por año trabajado, aunque esta cantidad suele ser renegociada por los sindicatos.
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