El basilisco es un animal mitológico que ha tenido diferentes representaciones a lo largo de la historia. La más antigua que se conoce es de Plinio el Viejo, autor italiano que lo describió como “una serpiente con una mancha en forma de corona en la cabeza”.
En la Edad Media, empezó a ser representado como un gallo de cuatro patas, con cola espinosa y cola de serpiente, generalmente rematada en un garfio. En muchas ocasiones se le consideraba heraldo del Diablo y aparecía asociado a él en cuadros y grabados. Su característica más terrible es su mirada, capaz de convertir en piedra a cualquier ser vivo con sólo posar los ojos en él. Este es el motivo por el cual se ha acuñado la expresión “estar hecho un basilisco”: una persona extremadamente enojada frunce el ceño y
entorna los ojos de la misma manera amenazadora en que lo haría esta criatura mítica.
En la naturaleza, el basilisco existe: es una especie de lagarto residente en las zonas tropicales de América. Su principal capacidad es la de poder correr a gran velocidad sobre las aguas, haciendo uso de sus largas patas; por fortuna, su mirada es como la de cualquier otro animal.
El basilisco es un animal mitológico que ha tenido diferentes representaciones a lo largo de la historia. La más antigua que se conoce es de Plinio el Viejo, autor italiano que lo describió como “una serpiente con una mancha en forma de corona en la cabeza”.
En la Edad Media, empezó a ser representado como un gallo de cuatro patas, con cola espinosa y cola de serpiente, generalmente rematada en un garfio. En muchas ocasiones se le consideraba heraldo del Diablo y aparecía asociado a él en cuadros y grabados. Su característica más terrible es su mirada, capaz de convertir en piedra a cualquier ser vivo con sólo posar los ojos en él. Este es el motivo por el cual se ha acuñado la expresión “estar hecho un basilisco”: una persona extremadamente enojada frunce el ceño y
entorna los ojos de la misma manera amenazadora en que lo haría esta criatura mítica.
En la naturaleza, el basilisco existe: es una especie de lagarto residente en las zonas tropicales de América. Su principal capacidad es la de poder correr a gran velocidad sobre las aguas, haciendo uso de sus largas patas; por fortuna, su mirada es como la de cualquier otro animal.
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