El shodo es el arte japonés de la caligrafía con pincel. Literalmente significa “el camino de la escritura”. Consiste generalmente en el trazado de los ideogramas (o kanjis) que componen el idioma japonés, que se agrupan en dos series, llamadas hiragana y katakana. Se utiliza un gran pincel confeccionado de manera que alberga un hueco en la parte central de las cerdas. La forma tradicional dicta que debe mojarse en una piedra llamada sukuri, que hace las veces de tintero. El papel que se utiliza está diseñado para absorber la tinta que sobra, de forma que no se corra o lo manche, y se conoce como shitajiki.
A la hora de realizar los trazos del carácter que queramos escribir, es necesario prestar atención no sólo a los movimientos de la muñeca, como sí hacemos con un bolígrafo, por ejemplo, sino a todo el brazo; en algunos casos incluso se recomienda que se utilice todo el cuerpo para seguir las líneas. Se trata de una disciplina que no sólo se utiliza en las escuelas para enseñar caligrafía a los niños, sino que está muy relacionada con la filosofía zen.
Existen tres tipos de shodo, en función de la forma en que se escriban los kanjis: kaisho (estilo cuadrado), gyosho (estilo cursivo) y soso (un estilo más informal, que mezcla los dos anteriores).
El shodo es el arte japonés de la caligrafía con pincel. Literalmente significa “el camino de la escritura”. Consiste generalmente en el trazado de los ideogramas (o kanjis) que componen el idioma japonés, que se agrupan en dos series, llamadas hiragana y katakana. Se utiliza un gran pincel confeccionado de manera que alberga un hueco en la parte central de las cerdas. La forma tradicional dicta que debe mojarse en una piedra llamada sukuri, que hace las veces de tintero. El papel que se utiliza está diseñado para absorber la tinta que sobra, de forma que no se corra o lo manche, y se conoce como shitajiki.
A la hora de realizar los trazos del carácter que queramos escribir, es necesario prestar atención no sólo a los movimientos de la muñeca, como sí hacemos con un bolígrafo, por ejemplo, sino a todo el brazo; en algunos casos incluso se recomienda que se utilice todo el cuerpo para seguir las líneas. Se trata de una disciplina que no sólo se utiliza en las escuelas para enseñar caligrafía a los niños, sino que está muy relacionada con la filosofía zen.
Existen tres tipos de shodo, en función de la forma en que se escriban los kanjis: kaisho (estilo cuadrado), gyosho (estilo cursivo) y soso (un estilo más informal, que mezcla los dos anteriores).
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