Estos flujos acuáticos, verdaderos ríos dentro de la masa oceánica, vienen determinados por la distinta densidad de las aguas, por su diferente temperatura, por la acción de los vientos dominantes y por el efecto dinámico de la rotación terrestre. Mantienen un régimen constante y, según su nivel térmico respecto a las aguas adyacentes, se dividen en cálidas y frías.
Unas y otras, en todo caso,, son factor modificativo del clima para aquellas regiones sobre las que actúan; de tal manera, por ejemplo, que mientras la del Gulf Stream suaviza notablemente los rigores invernales de la Europa occidental, la de El Labrador recrudece los inviernos de las costas orientales de América septentrional.
Estos flujos acuáticos, verdaderos ríos dentro de la masa oceánica, vienen determinados por la distinta densidad de las aguas, por su diferente temperatura, por la acción de los vientos dominantes y por el efecto dinámico de la rotación terrestre. Mantienen un régimen constante y, según su nivel térmico respecto a las aguas adyacentes, se dividen en cálidas y frías.
Unas y otras, en todo caso,, son factor modificativo del clima para aquellas regiones sobre las que actúan; de tal manera, por ejemplo, que mientras la del Gulf Stream suaviza notablemente los rigores invernales de la Europa occidental, la de El Labrador recrudece los inviernos de las costas orientales de América septentrional.
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