Estos mamíferos voladores, de hábitos nocturnos, han gozado siempre de siniestra reputación. Los más de ellos, sin embargo son inofensivos.
Pero existe, en efecto, una variedad americana que gusta de la sangra y ataca a los animales y aun al hombre. La boca de este murciélago se halla provista de unos incisivos muy desarrollados con los que infiere el pinchazo. Después de manera indolora para su víctima, lame el líquido fluyente.
De ahí que los indígenas de las altiplanicies sudamericanas, avezados a dormir al raso, se envuelvan enteramente en sus ponchos para guardarse de tales acometidas.
Estos mamíferos voladores, de hábitos nocturnos, han gozado siempre de siniestra reputación. Los más de ellos, sin embargo son inofensivos.
Pero existe, en efecto, una variedad americana que gusta de la sangra y ataca a los animales y aun al hombre. La boca de este murciélago se halla provista de unos incisivos muy desarrollados con los que infiere el pinchazo. Después de manera indolora para su víctima, lame el líquido fluyente.
De ahí que los indígenas de las altiplanicies sudamericanas, avezados a dormir al raso, se envuelvan enteramente en sus ponchos para guardarse de tales acometidas.