Estas cavidades, objeto hoy de tan apasionada exploración por parte de los aficionados a la espeleología, se originan siempre en tierras de naturaleza caliza, porque en ellas la agresividad química del agua, favorecida por las sales del suelo, transforma el carbonato de calcio insoluble en bicarbonato soluble. El resultado de esta corrosión tenaz de las rocas es, entre otros, la formación de las cavernas, en el interior de las cuales, cuando las condiciones de humedad y temperatura resultan favorables, se origina la reconversión del bicarbonato en carbonato. Entonces, el lento goteo de este carbonato sobre la base de la caverna levanta poco a poco esas vistosas columnas que conocemos con el hombre de estalactitas y estalagmitas.
Estas cavidades, objeto hoy de tan apasionada exploración por parte de los aficionados a la espeleología, se originan siempre en tierras de naturaleza caliza, porque en ellas la agresividad química del agua, favorecida por las sales del suelo, transforma el carbonato de calcio insoluble en bicarbonato soluble. El resultado de esta corrosión tenaz de las rocas es, entre otros, la formación de las cavernas, en el interior de las cuales, cuando las condiciones de humedad y temperatura resultan favorables, se origina la reconversión del bicarbonato en carbonato. Entonces, el lento goteo de este carbonato sobre la base de la caverna levanta poco a poco esas vistosas columnas que conocemos con el hombre de estalactitas y estalagmitas.
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