En terrenos donde se cultiva intensamente las reservas alimenticias del suelo no tardan en agotarse. Para compensar estas pérdidas nutricias del suelo, el hombre añade al terreno unas sustancias denominadas abonos o fertilizantes, que son elementos y compuestos de fácil asimilación por las plantas. Los fertilizantes se clasifican en dos tipos: fertilizantes minerales y fertilizantes orgánicos o de origen animales, constituidos por estiércol o excrementos animales, que no son más que restos alimenticios, en estado de descomposición y por tanto fácilmente absorbibles por la raíz de la planta.
Esta sustancia orgánica en descomposición que es el estiércol, se coge directamente en las cuadras de los animales y se esparce por el campo. En algunos sitios lo licúan para que impregne mejor el suelo. Es importante echarlo lo más rápido posible pues si no , se pierden alimentos muy necesarios para las plantas
En terrenos donde se cultiva intensamente las reservas alimenticias del suelo no tardan en agotarse. Para compensar estas pérdidas nutricias del suelo, el hombre añade al terreno unas sustancias denominadas abonos o fertilizantes, que son elementos y compuestos de fácil asimilación por las plantas. Los fertilizantes se clasifican en dos tipos: fertilizantes minerales y fertilizantes orgánicos o de origen animales, constituidos por estiércol o excrementos animales, que no son más que restos alimenticios, en estado de descomposición y por tanto fácilmente absorbibles por la raíz de la planta.
Esta sustancia orgánica en descomposición que es el estiércol, se coge directamente en las cuadras de los animales y se esparce por el campo. En algunos sitios lo licúan para que impregne mejor el suelo. Es importante echarlo lo más rápido posible pues si no , se pierden alimentos muy necesarios para las plantas
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