Hasta hace poco, el comportamiento de esta planta, que al igual que todas las de su especie se contrae y marchita temporalmente al más leve contacto, era motivo permanente de asombro para el observador común y de excitante curiosidad para el naturalista. La ciencia moderna, sin embargo ha venido a esclarecer el enigma. La sensitiva y análogamente todas las especies vegetales, «siente» de verdad. A nivel de laboratorio, hoy es posible registrar no sólo la sensibilidad de las plantas, si no sus «alegrías» y hasta sus «sufrimientos». Las plantas, pues hoy más que nunca, merecen nuestro respeto.
Hasta hace poco, el comportamiento de esta planta, que al igual que todas las de su especie se contrae y marchita temporalmente al más leve contacto, era motivo permanente de asombro para el observador común y de excitante curiosidad para el naturalista. La ciencia moderna, sin embargo ha venido a esclarecer el enigma. La sensitiva y análogamente todas las especies vegetales, «siente» de verdad. A nivel de laboratorio, hoy es posible registrar no sólo la sensibilidad de las plantas, si no sus «alegrías» y hasta sus «sufrimientos». Las plantas, pues hoy más que nunca, merecen nuestro respeto.
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