El Día del Libro se instauró el 23 de abril a causa de una curiosa coincidencia: es la fecha de la muerte tanto de Miguel de Cervantes como de William Shakespeare, ambos en 1616. Distintos registros de la época coinciden en esto, aunque la exactitud de la fecha puede ser discutible, puesto que en el caso de Shakespeare se regiría por el calendario juliano, y en el de Cervantes por el gregoriano. En todo caso, desde 1995 la Unesco ha aceptado como oficial esta fecha para conmemorar la lectura a nivel mundial.
En Cataluña, el 23 de abril también rinde homenaje al libro, pero se mantiene también como el Día de Sant Jordi, o San Jorge; el santo que derrotó al dragón que aterrorizaba la región de Capadocia, rescatando así a su princesa. Es tradición en dicha comunidad que ambas festividades se unan: los hombres deben regalar a las mujeres una rosa, en recuerdo de la actitud caballeresca de Sant Jordi, y las mujeres les regalan a ellos un libro.
El Día del Libro se instauró el 23 de abril a causa de una curiosa coincidencia: es la fecha de la muerte tanto de Miguel de Cervantes como de William Shakespeare, ambos en 1616. Distintos registros de la época coinciden en esto, aunque la exactitud de la fecha puede ser discutible, puesto que en el caso de Shakespeare se regiría por el calendario juliano, y en el de Cervantes por el gregoriano. En todo caso, desde 1995 la Unesco ha aceptado como oficial esta fecha para conmemorar la lectura a nivel mundial.
En Cataluña, el 23 de abril también rinde homenaje al libro, pero se mantiene también como el Día de Sant Jordi, o San Jorge; el santo que derrotó al dragón que aterrorizaba la región de Capadocia, rescatando así a su princesa. Es tradición en dicha comunidad que ambas festividades se unan: los hombres deben regalar a las mujeres una rosa, en recuerdo de la actitud caballeresca de Sant Jordi, y las mujeres les regalan a ellos un libro.
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