Cuando se frotan vigorosamente los pelos de un gato se cargan de electricidad. Cuando se le acaricia sus pelos se erizan ligeramente y hacen oír una ligera crepitación. En estado de descanso, el abrigo de piel del gato está en equilibrio eléctrico. Si se frota la piel del gato, si se acaricia al animal, este equilibrio se rompe ya que hay una especie de extracción de electrones, pequeños corpúsculos, constitutivos de los átomos. Estos electrones se desplazan. Se constata la electrificación, acompañada de una ligera crepitación e incluso de ligeros calambres que la piel experimenta fácilmente.
Cuando se frotan vigorosamente los pelos de un gato se cargan de electricidad. Cuando se le acaricia sus pelos se erizan ligeramente y hacen oír una ligera crepitación. En estado de descanso, el abrigo de piel del gato está en equilibrio eléctrico. Si se frota la piel del gato, si se acaricia al animal, este equilibrio se rompe ya que hay una especie de extracción de electrones, pequeños corpúsculos, constitutivos de los átomos. Estos electrones se desplazan. Se constata la electrificación, acompañada de una ligera crepitación e incluso de ligeros calambres que la piel experimenta fácilmente.