Si nos tapamos los ojos o los cerramos los humanos somos incapaces de caminar en línea recta sin ver un punto fijo o sin podernos guiar. Se han realizado diferentes estudios y se ha llegado a la conclusión que si andamos, nadamos o conducimos con los ojos privados de visión acabaremos dando giros sobre nosotros mismos. Las teorías de por qué sucede esto apuntan a que tenemos una parte del cerebro más desarrollada y es dominante en el movimiento que realizamos y nos lleva a inclinarnos hacia un lado y hace que giremos. También la razón puede ser por cuestiones mecánicas ya que contamos con una pierna y un brazo más largo o dominante que el otro por lo que tenemos tendencia a la inclinación. Por cualquiera de las dos razones al desplazarnos en círculos siempre acabamos donde habíamos empezado.
Si nos tapamos los ojos o los cerramos los humanos somos incapaces de caminar en línea recta sin ver un punto fijo o sin podernos guiar. Se han realizado diferentes estudios y se ha llegado a la conclusión que si andamos, nadamos o conducimos con los ojos privados de visión acabaremos dando giros sobre nosotros mismos. Las teorías de por qué sucede esto apuntan a que tenemos una parte del cerebro más desarrollada y es dominante en el movimiento que realizamos y nos lleva a inclinarnos hacia un lado y hace que giremos. También la razón puede ser por cuestiones mecánicas ya que contamos con una pierna y un brazo más largo o dominante que el otro por lo que tenemos tendencia a la inclinación. Por cualquiera de las dos razones al desplazarnos en círculos siempre acabamos donde habíamos empezado.
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