Es su manera de defenderse. Los caracoles se retiran en su cáscara, pero los erizos se hacen una bola sacando sus púas. Así se hacen más temibles y pueden herir a sus atacantes si se acercan demasiado cerca. A principios del siglo XIX, Lamarck y Darwin pusieron de manifiesto que la adaptación al medio y la lucha para la vida explican la supervivencia o la desaparición de las especies. Patas que se adaptan a la carrera garras o dientes potentes, el veneno, son todos recursos para la defensa. Si el erizo puede permitirse el lujo de atacar a una víbora, es gracias a sus púas: haciéndose una bola, presenta una superficie peligrosa a agarrar, difícil de morder o de pinchar.
Es su manera de defenderse. Los caracoles se retiran en su cáscara, pero los erizos se hacen una bola sacando sus púas. Así se hacen más temibles y pueden herir a sus atacantes si se acercan demasiado cerca. A principios del siglo XIX, Lamarck y Darwin pusieron de manifiesto que la adaptación al medio y la lucha para la vida explican la supervivencia o la desaparición de las especies. Patas que se adaptan a la carrera garras o dientes potentes, el veneno, son todos recursos para la defensa. Si el erizo puede permitirse el lujo de atacar a una víbora, es gracias a sus púas: haciéndose una bola, presenta una superficie peligrosa a agarrar, difícil de morder o de pinchar.
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