Juana la Loca fue la reina del territorio de Castilla en el período comprendido entre 1479 y 1555. Fue la tercera hija de los famosos Reyes Católicos Isabel y Fernando. Tuvo varios títulos nobiliarios (Archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y condesa de Flandes, entre otros) además del de reina. Es conocida sobre todo a causa de su boda con Felipe de Austria, apodado “El Hermoso”, en un matrimonio pactado por los padres de ambos.
Pese a tratarse de una unión de conveniencia, como la mayoría que tenían lugar entre la nobleza y las casas reales de la época (el matrimonio se entendía, entre las clases altas, como una forma de salvaguardar los privilegios e intereses y adquirir nuevos títulos y tierras), se dice que ambos contrayentes se sintieron poderosamente atraídos al conocerse. No obstante, tras la boda fue Felipe quien empezó a perder paulatinamente el interés por su esposa. Ésta comenzó a enfermar de celos ante la indiferencia de su marido, llegando a obsesionarse con él.
En 1504 se convirtió en la reina de Castilla tras la muerte de su madre. Poco después, en 1506, Felipe el Hermoso murió envenenado, y esto fue el detonante para la pérdida de lucidez de Juana. Decidió acompañar al féretro a pie hasta darle sepultura en Burgos, un viaje que se prolongó durante meses y al que obligó a realizar a diferentes familias nobles fieles a su regencia. Con el paso del tiempo, la inestabilidad de Juana se hizo todavía más patente, pues en su dolor se negaba a cambiarse de ropa o a lavarse.
Finalmente, fue recluida por su padre en Tordesillas, donde permanecería durante numerosos años (su hijo Carlos I mantendría el encierro). Aunque, en 1520 un movimiento encabezado por los comuneros intentara devolverla al poder y demostrar que no estaba loca, no tuvieron éxito. Terminó sus días, en 1555, en un estado mental muy deteriorado.
Juana la Loca fue la reina del territorio de Castilla en el período comprendido entre 1479 y 1555. Fue la tercera hija de los famosos Reyes Católicos Isabel y Fernando. Tuvo varios títulos nobiliarios (Archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y condesa de Flandes, entre otros) además del de reina. Es conocida sobre todo a causa de su boda con Felipe de Austria, apodado “El Hermoso”, en un matrimonio pactado por los padres de ambos.
Pese a tratarse de una unión de conveniencia, como la mayoría que tenían lugar entre la nobleza y las casas reales de la época (el matrimonio se entendía, entre las clases altas, como una forma de salvaguardar los privilegios e intereses y adquirir nuevos títulos y tierras), se dice que ambos contrayentes se sintieron poderosamente atraídos al conocerse. No obstante, tras la boda fue Felipe quien empezó a perder paulatinamente el interés por su esposa. Ésta comenzó a enfermar de celos ante la indiferencia de su marido, llegando a obsesionarse con él.
En 1504 se convirtió en la reina de Castilla tras la muerte de su madre. Poco después, en 1506, Felipe el Hermoso murió envenenado, y esto fue el detonante para la pérdida de lucidez de Juana. Decidió acompañar al féretro a pie hasta darle sepultura en Burgos, un viaje que se prolongó durante meses y al que obligó a realizar a diferentes familias nobles fieles a su regencia. Con el paso del tiempo, la inestabilidad de Juana se hizo todavía más patente, pues en su dolor se negaba a cambiarse de ropa o a lavarse.
Finalmente, fue recluida por su padre en Tordesillas, donde permanecería durante numerosos años (su hijo Carlos I mantendría el encierro). Aunque, en 1520 un movimiento encabezado por los comuneros intentara devolverla al poder y demostrar que no estaba loca, no tuvieron éxito. Terminó sus días, en 1555, en un estado mental muy deteriorado.
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