Un pueblo muy antiguo, los galos veneraban el muérdago, una planta consagrada, que recogían los druidas. Algunos países cuelgan en sus casas, el primer día del año, esta planta decorativa, deseando que lleve felicidad a todos los que la rodean. Los galos veneraban el muérdago que ayudaba a curar todas las enfermedades. A principios del año nuevo, se ofrecía el muérdago, durante una ceremonia religiosa donde los druidas recogían el muérdago con una hoz de oro. Mucho tiempo después, todavía se tenía costumbre de decir “al muérdago, Año nuevo”. La tradición sobrevivió, superponiéndose a los ritos católicos de Navidad y del día de Reyes.
Un pueblo muy antiguo, los galos veneraban el muérdago, una planta consagrada, que recogían los druidas. Algunos países cuelgan en sus casas, el primer día del año, esta planta decorativa, deseando que lleve felicidad a todos los que la rodean. Los galos veneraban el muérdago que ayudaba a curar todas las enfermedades. A principios del año nuevo, se ofrecía el muérdago, durante una ceremonia religiosa donde los druidas recogían el muérdago con una hoz de oro. Mucho tiempo después, todavía se tenía costumbre de decir “al muérdago, Año nuevo”. La tradición sobrevivió, superponiéndose a los ritos católicos de Navidad y del día de Reyes.
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