Las ballestas, a pesar de ser instrumentos derivados de la época medieval, todavía se emplean hoy para determinados tipos de caza o en competiciones de tiro al blanco. Su composición es la de un arco tradicional montado en una base larga y recta; sobre ésta se colocan los proyectiles, llamados virotes, que se estiran hacia atrás con la ayuda de una cuerda. La cuerda se engancha en la parte posterior y se libera mediante un gatillo.
Es difícil dar un año exacto de origen, pero su nacimiento nos lleva hasta el siglo X. En realidad, nació como un arma para que los campesinos pudieran defenderse de la nobleza. Muchas veces, la arrogancia de los nobles, mezclada con el aburrimiento, les hacía disparar con el arco a los campesinos que encontraban durante sus paseos por el campo, por mera diversión. El pueblo llano fabricó la ballesta por ser un arma más fácil y rápida de utilizar que el arco, que no le estaba permitido emplear. Durante mucho tiempo, esta “rivalidad” entre las dos armas hizo que a la ballesta se le conociera como un instrumento de villanos. Finalmente, su evidente utilidad eliminó este prejuicio y comenzó a ser utilizada por los soldados en las guerras.
Las ballestas, a pesar de ser instrumentos derivados de la época medieval, todavía se emplean hoy para determinados tipos de caza o en competiciones de tiro al blanco. Su composición es la de un arco tradicional montado en una base larga y recta; sobre ésta se colocan los proyectiles, llamados virotes, que se estiran hacia atrás con la ayuda de una cuerda. La cuerda se engancha en la parte posterior y se libera mediante un gatillo.
Es difícil dar un año exacto de origen, pero su nacimiento nos lleva hasta el siglo X. En realidad, nació como un arma para que los campesinos pudieran defenderse de la nobleza. Muchas veces, la arrogancia de los nobles, mezclada con el aburrimiento, les hacía disparar con el arco a los campesinos que encontraban durante sus paseos por el campo, por mera diversión. El pueblo llano fabricó la ballesta por ser un arma más fácil y rápida de utilizar que el arco, que no le estaba permitido emplear. Durante mucho tiempo, esta “rivalidad” entre las dos armas hizo que a la ballesta se le conociera como un instrumento de villanos. Finalmente, su evidente utilidad eliminó este prejuicio y comenzó a ser utilizada por los soldados en las guerras.