El primer reloj que se utilizó de forma “portátil” fue el de bolsillo; la esfera con una tapa, sujeta a una cadena, que hoy todavía se comercializa. Éste se inventó en Alemania, en el siglo XV. El reloj de pulsera nació en el siglo XIX, pero al principio no gozó de buena aceptación entre los caballeros, puesto que llevar algo en la muñeca se consideraba femenino. Su popularidad llegó tiempo después gracias a los pilotos de avión, que necesitaban llevar un perfecto control del tiempo en todo momento.
Las principales industrias de fabricación de relojes, durante el siglo XIX y principios del XX, fueron las americanas y europeas. Sin embargo, cuando en 1920 se creó el primer reloj de pulsera de cuarzo, los japoneses rápidamente se unieron a la carrera. En 1964, un reloj de este tipo se utilizó por primera vez como cronómetro, para medir los tiempos en las Olimpiadas de Tokio. Desde entonces, es bien sabido que la marcas japonesas, como Seiko o Casio, son las que dominan el mercado.
El primer reloj que se utilizó de forma “portátil” fue el de bolsillo; la esfera con una tapa, sujeta a una cadena, que hoy todavía se comercializa. Éste se inventó en Alemania, en el siglo XV. El reloj de pulsera nació en el siglo XIX, pero al principio no gozó de buena aceptación entre los caballeros, puesto que llevar algo en la muñeca se consideraba femenino. Su popularidad llegó tiempo después gracias a los pilotos de avión, que necesitaban llevar un perfecto control del tiempo en todo momento.
Las principales industrias de fabricación de relojes, durante el siglo XIX y principios del XX, fueron las americanas y europeas. Sin embargo, cuando en 1920 se creó el primer reloj de pulsera de cuarzo, los japoneses rápidamente se unieron a la carrera. En 1964, un reloj de este tipo se utilizó por primera vez como cronómetro, para medir los tiempos en las Olimpiadas de Tokio. Desde entonces, es bien sabido que la marcas japonesas, como Seiko o Casio, son las que dominan el mercado.