El baloncesto nació a finales del siglo XIX, de la mano del profesor de la ciudad de Springfield James Naismith. Naismith tenía en mente crear un deporte que sus alumnos pudieran practicar en invierno, sin tener que salir al aire libre; que aportara suficientes dosis de ejercicio físico pero sin tener que contar con la agresividad inherente al fútbol americano. También quería que existieran “metas”, igual que en el fútbol (“soccer” en el mundo estadounidense), pero sin la necesidad de un portero.
Las primeras canastas fueron dos cestas de manzanas viejas, elevadas a tres metros del gimnasio, la altura máxima que permitía el techo de la instalación escolar. La primera pelota con la que se practicó fue una de fútbol tradicional. El deporte caló hondo entre los miembros del instituto, y no tardó mucho en extenderse a otros por todo el país, hasta convertirse en el deporte extremadamente popular que es hoy en día.
El baloncesto nació a finales del siglo XIX, de la mano del profesor de la ciudad de Springfield James Naismith. Naismith tenía en mente crear un deporte que sus alumnos pudieran practicar en invierno, sin tener que salir al aire libre; que aportara suficientes dosis de ejercicio físico pero sin tener que contar con la agresividad inherente al fútbol americano. También quería que existieran “metas”, igual que en el fútbol (“soccer” en el mundo estadounidense), pero sin la necesidad de un portero.
Las primeras canastas fueron dos cestas de manzanas viejas, elevadas a tres metros del gimnasio, la altura máxima que permitía el techo de la instalación escolar. La primera pelota con la que se practicó fue una de fútbol tradicional. El deporte caló hondo entre los miembros del instituto, y no tardó mucho en extenderse a otros por todo el país, hasta convertirse en el deporte extremadamente popular que es hoy en día.
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