Aunque parezca sorprendente, en la Antigüedad ya se utilizaban litografías y grabados con textos explicativos, que podemos considerar los antecedentes del tebeo o el cómic (palabra que hoy se ha extendido a nivel mundial para referirse a esta disciplina cultural). En la Edad Media esta costumbre se hizo incluso más popular, ya que se utilizaban tapices para contar historias, las vidas de los santos o de los héroes.
En general, se considera que el tebeo no nació hasta que dio el salto a la prensa diaria. La revista inglesa Punch fue la que originó esta tendencia a nivel mundial, en 1841. Grandes magnates de la comunicación de Estados Unidos, como Hearst o Pulitzer, se empeñaron en incluir tiras cómicas en sus diarios con la esperanza de atraer a los más jóvenes y a las personas que no supieran leer. Entre las primeras historias de este tipo podemos citar a The Katzenjammer Kids, de Rudolph Dirks, o al Hogan´s Alley de Outcault, en el que apareció el famoso personaje Yellow Kid: un niño en cuya camiseta aparecían mensajes y que origen, precisamente, a la denominación “prensa amarilla”.
En los años siguientes se produciría una expansión de tiras cómicas, algunas de las cuales son todavía hoy muy conocidas: Krazy Kat, Little Nemo o Popeye, entre otros muchos.
Aunque parezca sorprendente, en la Antigüedad ya se utilizaban litografías y grabados con textos explicativos, que podemos considerar los antecedentes del tebeo o el cómic (palabra que hoy se ha extendido a nivel mundial para referirse a esta disciplina cultural). En la Edad Media esta costumbre se hizo incluso más popular, ya que se utilizaban tapices para contar historias, las vidas de los santos o de los héroes.
En general, se considera que el tebeo no nació hasta que dio el salto a la prensa diaria. La revista inglesa Punch fue la que originó esta tendencia a nivel mundial, en 1841. Grandes magnates de la comunicación de Estados Unidos, como Hearst o Pulitzer, se empeñaron en incluir tiras cómicas en sus diarios con la esperanza de atraer a los más jóvenes y a las personas que no supieran leer. Entre las primeras historias de este tipo podemos citar a The Katzenjammer Kids, de Rudolph Dirks, o al Hogan´s Alley de Outcault, en el que apareció el famoso personaje Yellow Kid: un niño en cuya camiseta aparecían mensajes y que origen, precisamente, a la denominación “prensa amarilla”.
En los años siguientes se produciría una expansión de tiras cómicas, algunas de las cuales son todavía hoy muy conocidas: Krazy Kat, Little Nemo o Popeye, entre otros muchos.
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