Las pelucas pueden tener muchos usos, no sólo como elementos de disfraz sino como una posibilidad de cambiar nuestro estilo. El cuidado básico difiere según hablemos de una de pelo natural o sintético. Las primeras se cuidan de forma similar a nuestro cabello. Hay que lavarlas con agua caliente y utilizar champús que no sean agresivos, para no secarlas o estropearlas. A continuación tenemos que secarlas y cepillarlas durante dos o tres minutos.
Las pelucas sintéticas son menos duraderas, pero aun así debemos tener el mismo cuidado. En este caso, hay que lavarlas siempre en agua fría. Al tratarse de un material artificial es posible que absorba malos olores del ambiente, por lo que siempre es recomendable incluir una pastilla de bicarbonato en el agua. De esta manera, evitaremos que los aromas, si se ha impregnado, se mantengan. Del mismo modo que las naturales, es imprescindible secarlas muy bien a continuación.
Las pelucas pueden tener muchos usos, no sólo como elementos de disfraz sino como una posibilidad de cambiar nuestro estilo. El cuidado básico difiere según hablemos de una de pelo natural o sintético. Las primeras se cuidan de forma similar a nuestro cabello. Hay que lavarlas con agua caliente y utilizar champús que no sean agresivos, para no secarlas o estropearlas. A continuación tenemos que secarlas y cepillarlas durante dos o tres minutos.
Las pelucas sintéticas son menos duraderas, pero aun así debemos tener el mismo cuidado. En este caso, hay que lavarlas siempre en agua fría. Al tratarse de un material artificial es posible que absorba malos olores del ambiente, por lo que siempre es recomendable incluir una pastilla de bicarbonato en el agua. De esta manera, evitaremos que los aromas, si se ha impregnado, se mantengan. Del mismo modo que las naturales, es imprescindible secarlas muy bien a continuación.
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