Muchas veces, cuando miramos al sol nos dan ganas de estornudar, pero esto tiene un motivo. Se trata de un estornudo fótico y sólo le pasa a entre el 15 y el 25% de las personas. Esta reacción al sol, se debe a una disfunción congénita en el envío de señales desde las terminaciones nerviosas del trigémino al cerebros.
La sobreestimulación luminosa en las zonas oculares, estimula el nervio trigémino y provoca el estornudo.
Muchas veces, cuando miramos al sol nos dan ganas de estornudar, pero esto tiene un motivo. Se trata de un estornudo fótico y sólo le pasa a entre el 15 y el 25% de las personas. Esta reacción al sol, se debe a una disfunción congénita en el envío de señales desde las terminaciones nerviosas del trigémino al cerebros.
La sobreestimulación luminosa en las zonas oculares, estimula el nervio trigémino y provoca el estornudo.
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