En la Antigua Grecia, las mujeres tenían prohibido el acceso al estadio donde se desarrollaban los Juegos Olímpicos. Se piensa que, en un primer momento, el motivo de ello era el pudor, debido a que los atletas iban desnudos; más tarde, esta norma se suavizó y se permitía el acceso a las mujeres solteras, pero no a las casadas.
Nunca hubo pruebas específicamente femeninas, aunque sí de carácter mixto. Sí se crearon una especie de “Juegos Olímpicos paralelos”, en el 776 antes de Cristo, a los que llamaron Juegos de Hera (en honor a la esposa de Zeus), en los que sólo participaban las mujeres vírgenes de la región de Elis. Fueron algo anecdótico, ya que nunca llegaron a tener la repercusión de los auténticos Juegos Olímpicos, los que han llegado hasta nuestros días. En los Juegos de Hera se llevaba a cabo una carrera de 162 metros lisos, donde la recompensa era una pieza de carne de vaca sacrificada en honor a la diosa.
En la Antigua Grecia, las mujeres tenían prohibido el acceso al estadio donde se desarrollaban los Juegos Olímpicos. Se piensa que, en un primer momento, el motivo de ello era el pudor, debido a que los atletas iban desnudos; más tarde, esta norma se suavizó y se permitía el acceso a las mujeres solteras, pero no a las casadas.
Nunca hubo pruebas específicamente femeninas, aunque sí de carácter mixto. Sí se crearon una especie de “Juegos Olímpicos paralelos”, en el 776 antes de Cristo, a los que llamaron Juegos de Hera (en honor a la esposa de Zeus), en los que sólo participaban las mujeres vírgenes de la región de Elis. Fueron algo anecdótico, ya que nunca llegaron a tener la repercusión de los auténticos Juegos Olímpicos, los que han llegado hasta nuestros días. En los Juegos de Hera se llevaba a cabo una carrera de 162 metros lisos, donde la recompensa era una pieza de carne de vaca sacrificada en honor a la diosa.
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