Es muy importante que cuando nos hacemos un corte, una rozadura o cualquier tipo de herida en el que perdamos sangre, la curemos muy bien para evitar infecciones y según el caso, para evitar desangrarnos.
Cuando se rompe un vaso sanguíneo empezamos a sangrar y en casos pequeños como cortes o simples arañazos, el propio cuerpo se encarga de recuperarse, cerrando él mismo la herida. Esto, no quiere decir que no sea necesario desinfectar la herida para evitar infecciones y que algo tan insignificante como un pequeño corte se convierta en algo mucho más grave.
Por ello, cuando nos hacemos un corte o rozadura de poca profundida, también se recomienda que limpiemos la herida con agua oxígenada o alcohol para evitar que los gérmenes entren en nuestro organismo e invadan nuestra sangre.
Además, es conveniente, tapar siempre la herida una vez desinfectada para evitar que otros gérmenes entren.
Es muy importante que cuando nos hacemos un corte, una rozadura o cualquier tipo de herida en el que perdamos sangre, la curemos muy bien para evitar infecciones y según el caso, para evitar desangrarnos.
Cuando se rompe un vaso sanguíneo empezamos a sangrar y en casos pequeños como cortes o simples arañazos, el propio cuerpo se encarga de recuperarse, cerrando él mismo la herida. Esto, no quiere decir que no sea necesario desinfectar la herida para evitar infecciones y que algo tan insignificante como un pequeño corte se convierta en algo mucho más grave.
Por ello, cuando nos hacemos un corte o rozadura de poca profundida, también se recomienda que limpiemos la herida con agua oxígenada o alcohol para evitar que los gérmenes entren en nuestro organismo e invadan nuestra sangre.
Además, es conveniente, tapar siempre la herida una vez desinfectada para evitar que otros gérmenes entren.
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