La Semana Trágica tuvo lugar a finales de julio de 1909. La decisión del gobierno de ampliar las tropas que se iban a enviar a la Guerra de Marruecos caldeó los ánimos de la población: se llamó a filas a personas que habían cumplido su servicio militar mucho tiempo atrás, y que ahora, en muchos casos, estaban más preocupados de mantener un trabajo y una familia. El malestar fue en aumento hasta llegar al 26 de julio, día en que Solidaridad Obrera, una organización con tendencias anarquistas, convocó una huelga de veinticuatro horas. Tuvo un notable éxito y seguimiento por parte de los trabajadores de Barcelona.
Al día siguiente, el 27 de julio, llegaron las noticias de una importante derrota española en Marruecos, en el conocido como Barranco del Lobo. Esto no hizo sino aumentar las protestas y provocó que la huelga se prolongara espontáneamente veinticuatro horas más. Los enfrentamientos y las protestas callejeras no se hicieron esperar. Se crearon barricadas, se quemaron iglesias, y desde el Gobierno se llegó a declarar el estado de excepción.
A pesar de todo, el escaso seguimiento del conflicto por parte del resto de España (se publicitó que aquello era un movimiento separatista, para evitar los apoyos) hizo que comenzara a declinar a partir del día 29. Para el día 31 ya había sido completamente sofocado por la policía y el ejército, aunque el balance final fue de 104 ciudadanos, sobre todo obreros, muertos.
La Semana Trágica tuvo lugar a finales de julio de 1909. La decisión del gobierno de ampliar las tropas que se iban a enviar a la Guerra de Marruecos caldeó los ánimos de la población: se llamó a filas a personas que habían cumplido su servicio militar mucho tiempo atrás, y que ahora, en muchos casos, estaban más preocupados de mantener un trabajo y una familia. El malestar fue en aumento hasta llegar al 26 de julio, día en que Solidaridad Obrera, una organización con tendencias anarquistas, convocó una huelga de veinticuatro horas. Tuvo un notable éxito y seguimiento por parte de los trabajadores de Barcelona.
Al día siguiente, el 27 de julio, llegaron las noticias de una importante derrota española en Marruecos, en el conocido como Barranco del Lobo. Esto no hizo sino aumentar las protestas y provocó que la huelga se prolongara espontáneamente veinticuatro horas más. Los enfrentamientos y las protestas callejeras no se hicieron esperar. Se crearon barricadas, se quemaron iglesias, y desde el Gobierno se llegó a declarar el estado de excepción.
A pesar de todo, el escaso seguimiento del conflicto por parte del resto de España (se publicitó que aquello era un movimiento separatista, para evitar los apoyos) hizo que comenzara a declinar a partir del día 29. Para el día 31 ya había sido completamente sofocado por la policía y el ejército, aunque el balance final fue de 104 ciudadanos, sobre todo obreros, muertos.
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