Cupido es un personaje completamente asimilado en la tradición occidental, al que todos relacionamos automáticamente con el amor y, sobre todo, con la fiesta de San Valentín. Se le representa tradicionalmente como un pequeño querubín o niño alado, con un arco y un carcaj. Se suele decir que las flechas que dispara son “las flechas del amor”; de ahí la conocida expresión “sufrir un flechazo”.
Como personaje mitológico, Cupido es parte del panteón griego y romano. Es el hijo de la diosa del amor, Venus, y el dios de la guerra, Marte, y en la tradición griega se le conoce más frecuentemente como Eros. En las historias relacionadas con él llevaba dos tipos de flechas: las que tenían una punta dorada servían para provocar el amor, pero las que llevaban punta de plomo tenían el efecto contrario y provocaban el olvido en aquéllos a quienes fueran disparadas. No sólo los mortales se veían afectados por ellas; también los dioses, a lo largo de numerosas historias, sufrieron las travesuras de Cupido y cayeron bajo el influjo de sus flechas.
Cupido es un personaje completamente asimilado en la tradición occidental, al que todos relacionamos automáticamente con el amor y, sobre todo, con la fiesta de San Valentín. Se le representa tradicionalmente como un pequeño querubín o niño alado, con un arco y un carcaj. Se suele decir que las flechas que dispara son “las flechas del amor”; de ahí la conocida expresión “sufrir un flechazo”.
Como personaje mitológico, Cupido es parte del panteón griego y romano. Es el hijo de la diosa del amor, Venus, y el dios de la guerra, Marte, y en la tradición griega se le conoce más frecuentemente como Eros. En las historias relacionadas con él llevaba dos tipos de flechas: las que tenían una punta dorada servían para provocar el amor, pero las que llevaban punta de plomo tenían el efecto contrario y provocaban el olvido en aquéllos a quienes fueran disparadas. No sólo los mortales se veían afectados por ellas; también los dioses, a lo largo de numerosas historias, sufrieron las travesuras de Cupido y cayeron bajo el influjo de sus flechas.
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